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Wednesday, May 07, 2014

¡Yo tengo un sueño!

Recuerdo que de niño me gustaba sentarme e imaginarme historias en las que hacia cosas asombrosas, volar, brincar alto, correr muy rápido pero sobre todas las cosas siempre me imaginaba volando.

Hola!!! Soy Zamná Aké, soy corredor y tengo un sueño… ¡quiero ser maratonista!

Han pasado ya ocho semanas desde que empecé mi entrenamiento formal para el maratón de la Ciudad de México,  cada una de ellas ha sido muy exigente, en ocasiones cansada, pero sobre todo me ha permitido observar y sentir cómo he ido mejorando.

No es lo mío eso de darme crédito de las cosas, en mi corazón sé que esto sólo es posible por la voluntad de Dios y todas las mañanas antes de empezar doy gracias por la oportunidad que me da para salir a disfrutar ese tiempo de ejercicio y que me permita culminar ese sueño.

Recuerdo muy bien que cuando empecé a correr ya hace dos años, hablar de correr 10km me sonaba un reto, y algo un tanto difícil pero la idea de 21k o de 42k, me ponían en ese mismo estado de trance imaginándome ese momento en el que lograba cruzar la meta, y como ya he mencionado, la mera idea de intentarlo o de ya estar a punto de hacerlo, me generaba mucha emoción, expectativa y no me da pena decirlo definitivamente hasta miedo.

Después de ocho semanas, que sería la primera parte de mi entrenamiento, aún sigue siendo un sueño y me provoca mucho nerviosismo y miedo hablar de 42k, pero definitivamente es más la emoción de tener la posibilidad de cumplir ese sueño de héroe que de niño me rondaba por la cabeza.

Yo tengo un sueño, una ilusión y una esperanza… tengo en mi corazón el deseo de verme a unos metros de la meta, entero, sin lesiones y disfrutar esos últimos instantes con la certeza que no tendré que despertar de la ilusión para darme cuenta que sólo era un sueño momentáneo.

Y tengo la esperanza que al cruzar la meta entre toda esa multitud de locos soñadores y sus familias, pueda voltear a las gradas y ver a mi esposa sonriente, cómplice y compañera que se ha vuelto fundamental en este proyecto; a mi hermosa niña, que es el gran amor de m vida; a mis hermanos que como ya he dicho son los culpables de este sueño- Tengo la esperanza de compartir a la distancia con ustedes  esas lágrimas de vida y felicidad.

Ese es mi sueño, y van 8 semanas.