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Monday, June 04, 2012

Abastecimiento para el corazón.

Si en el trayecto hacia la meta volteas hacía atrás, a los lados, miras adelante y estás solo, probablemente hayas perdido el camino. Hola!! Soy Zamná Aké y quiero ser corredor.

Ayer domingo 3 de Junio de 2012 tuve la bendición y gran fortuna de correr con un poco más de 1,000 personas en el XXV Maratón de la Marina. Conformamos un equipo de 5 corredores, integrado por mis hermanos y amigos.

Nunca imaginé lo grande y emocionante que sería todo esto; comenzamos desde las 4:30 am despertando a los integrantes del equipo para ir al punto de relevo y para acompañar a los corredores en su ruta para proporcionarles suficiente hidratación, pero sobre todo para que con aplausos, sonrisas y ánimo acompañáramos al que iba en turno.

La primera en correr fue mi hermana, fueron 10 km y comenzó a las 5:00 am. a las 6:10 aprox se entregó la estafeta al segundo relevo que fue Olga. Ella corrió también 10 km. Durante el trayecto observamos familias y amigos de corredores que en sus autos gritaban, aplaudían y acompañaban a los corredores sin importar si lo conocían.

Me encontraba en mi punto de relevo, nervioso, emocionado y con la firme idea de hacer un buen tiempo para que el sol no le afectara tanto al siguiente corredor y al último, que le tocaría la parte más difícil.

Estirar, estirar y calentar, hasta que a lo lejos veo a mi compañera quien me daría la estafeta y la adrenalina en mi cuerpo me elevó los latidos a más no poder, en cuestión de segundos ya me encontraba corriendo mis primero 5km en un maratón.

Una vez que comencé mi recorrido, había gente gritando, aplaudiendo y alentando, pasé un puesto de hidratación pero todavía era muy pronto y me sentía entero, 1km más adelante y en una camioneta blanca, un señor emocionado me regaló una bolsa de miel con limón y con mucha emoción me gritó “Tú puedes, dale con todo”, y así fui avanzando  y la gente demostraba con todos los que pasábamos a su lado cariño, y tenía una palabra de aliento.

No recuerdo cuántos puestos de hidratación pasé, lo que si recuerdo fueron cada uno de los momentos en ese breve trayecto de 5km en los que las muestras de cariño fueron más relevantes que una bolsa con agua.

A la mitad de mi trayecto recibo la hidratación de mi equipo y veo a mis amigos con esa expresión que a todos se nos dibujaba al encontrarnos; 500 mts adelante veo a mi hermano Nazul, como siempre serio, preocupado y controlado preguntándome si me encontraba bien. Contener las lágrimas también es un deporte extremo, ¿les ha pasado? justo después de pasarlo, y junto a mi pasa mi esposa y mi hermana acompañándome y preguntando lo mismo que cualquiera de nosotros haría “¿Estás bien? ¿Necesitas algo?”  -No, voy muy bien!-  y en ese momento a lo lejos veo mi siguiente punto de relevo y ¡Oh sorpresa! 10 minutos menos a mi tiempo habitual !!

Al momento de llegar a mi punto, entregué la estafeta al siguiente corredor y en vez de salir un corredor de mi equipo fueron dos… El que correría 7 y entregaría la estafeta al siguiente para cerrar con 10 km y…precisamente el 5o relevo que decidió correr 17km.

No quiero aburrirlos con una crónica que no es única entre más de 1000 corredores, lo que sí quiero decir es que ya a punto de entrar a la meta, decidimos todo el equipo esperar al último relevo para entrar juntos. Y al momento de cruzar la meta con mi familia, sentí como si hubiera ganado el torneo o campeonato ¡más grande del mundo!

Y fue así como a 4 horas de haber comenzado el maratón Mi hermana que corrió 21 km,mi amiga Olga con 10km, mis 5km sumados a los 7 de mi cuñado y a los 17km de mi hermano cruzamos la meta del XXV Maratón de la Marina en la modalidad de relevos. ¿Qué mejor abastecimiento para el corazón que la bendición de compartir con gente que se quiere un momento tan importante? La solidaridad de la gente, la compañía y sobre todo la presencia de Dios en nuestros 42.195 km fueron el gran Abastecimiento para mi corazón.